Armonicos: El enemigo silencioso de los variadores de velocidad en la industria
La recomendación clásica en ingeniería eléctrica es clara: Si tienes motores por encima de 20 HP, lo más recomendable es usar variadores de velocidad. Y es lógico. Los VFD (Variable Frequency Drives) optimizan el consumo energético, reducen el desgaste mecánico y permiten una mayor flexibilidad en los procesos de producción.
Pero… hay un pequeño inconveniente del que pocos hablan con profundidad: los armónicos. Ese fantasma eléctrico que empieza a aparecer conforme se llenan las plantas de variadores de velocidad, generando una serie de problemas operativos y costos ocultos que muchos pasan por alto.
Pero ¿Qué son los armónicos y por qué afectan la red? los armónicos son distorsiones en la forma de onda de la corriente y el voltaje, causadas por la presencia de dispositivos electrónicos que no consumen energía de manera lineal. Los variadores de velocidad, al rectificar la señal de entrada y modular la frecuencia, generan una distorsión en la onda senoidal ideal, introduciendo componentes de frecuencia múltiple de la fundamental.
Esto tiene efectos que pueden volverse críticos:
Esto para ejemplificar un poco: Imagina que tienes un sistema de tuberías de agua donde el flujo debería ser laminar y constante. Si empiezas a meter válvulas que abren y cierran de forma abrupta (como lo haría un VFD con la señal eléctrica), el flujo se vuelve turbulento, generando golpes de ariete, desgaste en las paredes de la tubería y un consumo energético mayor por la resistencia hidráulica adicional. Los armónicos en la red eléctrica funcionan de manera similar, degradando los sistemas progresivamente.
Pero escucha, hay un problema mayor, los altos costes en energía y los daños en la electrónica sensible son 2 peculiaridades que están a la orden del día. Los efectos de los armónicos no solo se quedan en el sobrecalentamiento de equipos. También impactan directamente en la factura eléctrica, ya que las pérdidas por calentamiento y la compensación reactiva terminan haciendo que las plantas paguen por energía que no están utilizando de manera efectiva.
Además, la presencia de armónicos puede generar fluctuaciones de voltaje que afectan la electrónica de control, provocando fallos prematuros en PLCs, sensores y otros dispositivos sensibles.
Entonces, ¿los variadores de velocidad son el problema? No necesariamente. Depende de la aplicación y el ciclo operativo de la máquina.
Aspecto |
Variador de Velocidad (VFD) |
|
Control de frecuencia |
Sí, ajusta velocidad en tiempo real |
No, solo controla el arranque |
Generación de armónicos |
Alta, necesita filtros |
Baja, menor impacto |
Eficiencia energética |
Alta en aplicaciones con variación de velocidad |
Moderada en arranques progresivos |
Costo de mantenimiento |
Puede ser alto por filtros y electrónica |
Menor, menos impacto en red |
Si la aplicación requiere ajustes constantes de velocidad durante la operación, el VFD es indispensable. Pero si solo se requiere un arranque progresivo sin ajustes posteriores, un arrancador suave puede ser la mejor opción para evitar contaminación armónica.
Y entonces, ¿cuál es la solución?
Si en una planta ya hay una gran cantidad de VFDs instalados, la solución no es eliminarlos, sino aplicar estrategias de mitigación:
Los variadores de velocidad son una herramienta poderosa, pero deben ser usados con conciencia. Ignorar los armónicos en una planta de producción puede generar costos ocultos, pérdidas en equipos y afectaciones graves en la eficiencia del sistema. La clave está en evaluar cada aplicación individualmente, considerando qué tanto la máquina necesita variaciones de frecuencia y cuánto impacto puede generar en la red.
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